SOBERANÍA ALIMENTARIA = SIN TRANSGENICOS. OPINIONES DE FAMOSOS

“Si se protege la pintura, la música, el teatro, la literatura y todo lo que hace que cada pueblo tenga su identidad, también debemos proteger la variedad autóctona de sus especies vegetales, porque la globalización y manipulación de la naturaleza, empobrece, limita y esquilma la biodiversidad que pertenece a cada pueblo y por lo tanto a nuestra cultura”. Silvia Marsó. Actriz.

La tierra es un ser vivo, las semillas transgénicas envenenan el medio ambiente y envenenan la salud de los agricultores y los consumidores, el suelo queda infertil con sus productos tóxicos .. la pregunta es..¿dónde plantáremos entonces? Luchemos por comunicar a la gente de sus desventajas,quememos todas las transgénicas, que no llamaría semillas sino bombas de destrucción masiva! Amparo Sánchez. Música



Los transgénicos representan el último, más sofisticado y más peligroso de los asaltos de la comodidad y la prisa a la vieja sabiduría de la vivacidad. Suponen, también, la privatización de una parte esencial de un legado que la HISTORIA DE LA VIDA, TODA y la CULTURA RURAL, TODA HUMANIDAD, TODA. Los que practicamos una agricultura que procura emular a la lenta creatividad de la Natura obtenemos mucho más que alimentos. Porque con ellos brota, y se mantiene o acrecienta, la transparencia de los aires, la limpidez de las aguas, la fertilidad de la tierra y la solidaridad con los desvalijados, es decir cosechamos el mejor futuro posible., nos ha hecho a la  Joaquín Araújo, escritor



“Los transgénicos no son la solución al hambre. El futuro de la alimentación no pasa por el control de las multinacionales, que actúan como dictadores de lo que comemos y cultivamos, sino porque las semillas permanezcan en manos de los pueblos”. Vandana Shiva. Premio Nobel alternativo.

Los transgénicos son una de las barbaridades más grandes que se han hecho en el mundo de la alimentación. Son como algo que ha roto una poesía, son como algo que ha roto una obra de arte, son como algo que ha roto una buena película, son algo que rompe la armonía en la naturaleza. Un auténtico disparate.  Bigas Luna, cineasta.

Pocos hechos retratan mejor las miserias de este mundo que los que acompañan a los transgénicos. Y es que todos los vicios se acumulan en cada una de esas semillas: las imposiciones de los poderosos, la ratificación del dominio del Norte sobre el Sur, el deterioro de lo que consumimos y, por encima de todo, la pérdida de soberanía en el caso de quienes menos tienen y la dificultad extrema de dar marcha atrás. Carlos Taibo, escritor

Alimentadas por el maíz, crecieron muchas de las primeras aldeas en América: el maíz era gente, la gente era maíz y el maíz tenía, como la gente, todos los colores y sabores. ¿Podrán los hijos del maíz, los que hacen el maíz que los hizo, resistir la embestida de la industria química, que en el mundo impone su venenosa dictadura? Si la naturaleza fuera banco, ya la habrían salvado. Eduardo Galeano, escritor, del libro Los hijos de los días.

”Hay muchas razones -de salud o de soberanía alimentaria para oponerse a los OGM- pero hay también una, si se quiere, antropológica que me parece fundamental: los OGM despojan a la humanidad de su capacidad para gestionar y enriquecer un saber colectivo”. Santiago Alba Rico, escritor No dejamos de hablar de las ventajas de los avances tecnológicos pero siempre olvidamos sumar los costos que éstos pueden tener. En el caso de las semillas transgénicas no solo se trata sólo de pagar royalties porque están patentadas o de sus repercusiones en los territorios donde se producen, sino también de obtener alimentos con el menor destrozo posible, a fin de que nuestros hijos puedan también alimentarse en el futuro con el fruto de las mismas tierras. Es por este motivo que hay que impulsar los productos ecológicos y fomentar la producción local de alimentos. Rosa Regàs. Escritora

 “Considero que la tecnología de los transgénicos, el tremendo incumplimiento de las normas y el oscurantismo que hay al respecto en España, los convierte en una agresión contra el derecho a elegir de la ciudadanía. Porque quiero que se respete mi salud y el del conjunto de la humanidad, porque quiero una agricultura y un mundo rural vivos, porque creo en la libertad, digo NO a los transgénicos”. Ana Belén, actriz

Hemos perdido la sabiduría de los viejos oficios. Mejor dicho, nos obligan a olvidar. En estos tiempos de huida hacia lo cómodo nada incomoda más que la dignidad de nuestra gente antigua. Cosa de poetas, he oído con desprecio, el saber heredado. Es urgente que volvamos a sentir la tierra. Digamos no a lo que nos separa de ella. Pablo Guerrero. Cantautor

Tomate Loló, producido vía ingeniería genética, con capacidad auditiva por X errónea incorporación durante la mutación de sus alelos, yacía superprieto en una repisa de la ANSG cuando escuchó sobre un estudio independiente acerca de sus “propiedades”: - El consumo de Loló presenta riesgos importantes para el crecimiento, y paralización de la capacidad reproductiva de la segunda generación, y… No quiso escuchar más. Espantado de sí mismo, Loló estalló cual granada. Emma Cohen, actriz y escritora 


“Considero que la utilización de transgénicos no es solo una estafa a las poblaciones más empobrecidas del planeta sino también una nueva forma de esclavizar a los seres humanos haciéndoles sumisos y dependientes de la inmoralidad económica que mueve los intereses del primer mundo. No entiendo cómo no ha habido ya una reclamación internacional tajante y radical para impedir un delito tan grave como este que, a la larga, deberá calificarse como crimen de lesa humanidad. Las semillas y el agua son el oro y los diamantes del futuro, la sucia moneda de cambio que envilecerá aún más a los poderosos y condenará para siempre a los débiles”. Javier Ruibal. Músico